jueves, 20 de octubre de 2011

TEMPORADA 2010 ( JUAN MORA )

El día 2 de Octubre sucedió en Madrid uno de esos días que quedan en la retina y que aunque el tiempo, inutilmente intente borrar, no se iran de mi cabeza, tanto por lo vivido, como por lo sentido aquella hermosa tarde.
Para poder explicarlo, remontemonos en el tiempo y regresemos al año 2009, aquella temporada pude coincidir en los bajos del tendido 9, durante la feria de San Isidro con el maestro Juan Mora, ambos tomabamos un refresco, y me inundaban las ganas de decirle el pedazo de torero que estaba hecho, todo lo que le admiraba, y las ganas que tenía de volver a verle con una muleta en la mano expresando el toreo como el lo siente.No pude, me falto el valor, posiblemente por el gran respeto que siempre me ha infundido el personaje.
Un mes mas tarde, en el mes de julio, fallecía su padre, Jose Guitierrez Mirabeleño, una figura importantísima en la carrera del maestro.

Mirabeleño sintio la llamada del toreo, tuvo unos duros inicios marcados por las capeas, llegó a torear varias tardes en Las Ventas, así como en la madrileña, castiza y carabanchelera "Chata". No quiso el triunfo estar de parte de Mirabeleño, por lo que una vez abandonada la profesión, se dedico a organizar festejos como empresario, aunque la que seguro fue su labor mas importante sea quizá la menos conocida, estar a la sombra de su hijo Juan. Poca gente sabe lo complicado que es estar a la vera de un torero, pocos conocen de la fragilidad de los que se visten de oro, no todo el mundo vale para bajarlos cuando se crecen con los triunfos, ni para levantarlos cuando las cosas no ruedan, no todo el mundo vale para aguantarles el miedo, las inseguridades, para decirles las verdades que nadie se atreve o que no quieren escuchar.
José puso a su hijo Juan en los puestos altos del escalafón a finales de los ochenta y durante la decada de los 90, y digo puso porque es evidente lo importante que es tener detras una persona con esa sabiduria y ese amor al toreo que vele por tus intereses, nada mejor que un padre.

MIRABELEÑO Y SU HIJO JUAN MORA POR DANIEL LOZANO


La tarde negra llegó un 19 de octubre del año 2001, negro el cielo encapotado, y negro lo que sucedería en el ruedo de la plaza de toros de Jaen.
El cartel, televisado por la primera de televisión española ( cuando aún televisaban festejos ) lo componían toros de Joaquín Barral para Juan Mora, Manuel Caballero y Miguel Abellan. Hubo de aplazarse el festejo mas de una hora debido a la intensa lluvia que caía sobre la capital jienense,
Camiones de arena entraban y salían del coso intentando reparar el lamentable estado del piso, entre voces y carreras del empresario de entonces, Paco Dorado.
Juan Mora tuvo unas premonitorias palabras cuando momentos antes del paseillo le pusieron el microfono las camaras de televisión, el maestro dijo. . .

"Yo, no se que significara esto, esta tardanza, este día. . . No sé, que sea lo que Dios Quiera"

Aquel primer toro, de aquella negra tarde noche, tras una tanda con la mano izquierda, al ir a ligar con el de pecho, se colo y prendio por el muslo izquierdo al torero pacense infiriendole una tremenda cornada, que por la forma de sangrar, rapidamente enseño su extrema gravedad.
Varios horas en el quirofano para recomponer los destrozos musculares y vasculares, momentos muy tensos, una larga espera en la que en ocasiones se llego a temer por su vida, todo apuntaba a que había llegado el fín para la carrera del torero, ese tipo de cornadas son las que quitan, las que quitan el sitio, las ideas, las ilusiones, las que quitan del toreo, cuando no, de la vida.

Pasaron los meses, se recompuso el hombre y el torero, con fuerzas renovadas decidió continuar el camino, en su cabeza no entraba la palabra abandono, ni en la suya ni en la de esa figura tan importante que estaba siempre a su vera, su padre. Los años siguientes apenas suma festejos, en el 2002 en el coso burgales un toro de hermanos San Pedro le vuelve a meter en la cama con una cornada de 25cms que le atraviesa el muslo. La siguiente temporada aún se reducen mas los festejos, y desde 2004, apenas torea algún festival, de la noche a la mañana deja de interesar, nadie quiere saber nada de ese torero "de espejo" que encandilo con sus formas en la decada de los ochenta. Su nombre no aparece en los carteles, es como si se lo hubiese tragado la tierra, las grandes ferias continuan su andadura pero su nombre no esta allí, los medios taurinos continuan dando diariamente noticias, pero su nombre no aparece.

Su hijo pequeño le pregunta. . . ¿Papa, tú eres torero?

- Claro que sí hijo, papá es torero.

Y en su inocencia el crío le responde. . . Entonces. . . ¿Por que no toreas?

No puedo ni inaginar como debieron de clavarse aquellas palabras en la mente y en el corazón del maestro. Yo se perfectamente lo que es entrenar un día tras otro sin saber cuando llegara el siguiente contrato, sin atisbar un mínimo de luz que te alumbre el camino, que te hinche, aunque sea mínimamente los pulmones con algo de ilusión, una ilusión que necesitas como el respirar. Llegar a casa y cuando termina el día buscar en la soledad de la cama mientras intentas dormir, un sentido a lo que estas haciendo, para que lo demas dejen de verte como a un loco, se lo que es que te atenancen las dudas, ¿tendran razón los demas?. Solo te queda levantarte al dia siguiente y volver a entrenar con mas fuerza, y la sacas, yo que sé de donde, pero la sacas.

Pasaban los años y no se sabía nada de este torero, la gente pensaba que se había retirado, no sabían que seguía entrenando día tras día, como el decía. . . "Para que no se me olvide hacer el toreo"
El no se había retirado, eran otros los que le habían mandado al retiro forzoso, según sus palabaras a modo de ironía exclarecedora " Algunos dejaron de llamar y otros, si estaba comunicando, simplemente no insistieron". Su padre no dejaba de insistirle "Juan, entrena, ¿Has entrenado hoy?" Mirabeleño sabía todo lo que su hijo tenía y le quedaba por expresar.

Llegó el mes de Julio de 2009 y Mirabeleño dejaba esta vida, se iba al lugar donde se van los toreros que ya no están entre nosotros, días antes, Juan llegó al hospital donde estaba ingresado el sabio torero y le dio una noticia que llevaban años esperando. . . "Papá, me han puesto en Madrid el 15 de Agosto, ya sé que no es San Isidro ni Otoño, pero, es Madrid"
Mirabeleño le dijo, "Juan, ahí es donde vas a cambiar tu sino, ese día cambias tu destino" . El 27 de julio de 2009, fallecía en un hospital de Plasencia Jose Gutierrez "Mirabeleño", se fue con la alegría de saber a ciencia cierta que su hijo iba a cambiar su suerte con una espada y una muleta en la mano, nadie mejor que el sabía de su capacidad.

Llego el dia 15 de Agosto y allí estaba Juan Mora en el patio de cuadrillas, vestido de celeste y oro, luciendo un crespón negro, en recuerdo de su padre, y para confirmar la alternativa a Cesar Giron en presencia del cordobes Jose Luis Moreno con toros de Mª del Carmen Camacho.
Nada mas romperse el paseíllo la afición venteña le hizo salir a saludar, nadie se había olvidado del torero de Plasencia, simplemente no sabían de el, pero quedo claro que aún quedaba en el recuerdo de la plaza madrileña el poso de su toreo. La corrida no se presto para el triunfo, pero nos permitió a los que nos encontrabamos sentados en el tendido volver 20 años hacia atras, regresar a ese toreo de reposo, de natural naturalidad, el toreo con el que he nacido taurinamente y fuente de la que siempre he bebido, pues es la que me enseñaron mis mayores. Aquel día no hubo triunfo, pero si detalles de toreria, decía mi sabio abuelo que mas importante en un torero que cortar orejas es, dejar huella, y eso fue lo que ocurrió en tan castiza fecha.
Esta actuación sirvio para que le anunciaran en el 2010 en la feria del aniversario,el día 1 de junio con toros de Vellosino, junto a Javier Conde y Curro Díaz, esta vez si era en feria y aunque tampoco hubo suerte con los astados, volvió a rociar de toreria el ruedo venteño, aunque estoy seguro que para sus adentros, aquello no era suficiente, era necesario tapar bocas, y mas aún,recordar a todos aquellos que durante tantos años no habían llamado, que el telefono del maestro seguía teniendo cobertura, pero para eso, hacía falta un golpe de timón, un puñetazo encima de la mesa.

Ese golpe de timón, llegó, bendito sea Dios, en la feria de Otoño, el dia 2 de Octubre de 2010, cuatro meses despues de su actuación en Las Ventas, volvía sin haber toreado nada desde entonces, vestido con un terno verde botella y oro del sastre Justo Algaba, y enfundado en su capote negro y oro que en tantos paseíllos le ha acompañado, enfundado en ese capote de paseo y con toda su verdad.
La corrida era de Torrealta y en el cartel le acompañaban Curro Díaz y Morenito de Aranda. Lo que ocurrió allí, creo que pasara a la historia, y si no es así, si que lo hara a la mía particular y seguramente a la de Luis Miguel Campano, pues ese día hacía su paseillo numero cien en la plaza de la calle de Alcala.

Salio al ruedo el toro "Retaco" de 615 kilos, grandón y barrigudo, muy en el tipo de la casa, el maestro brindo la faena de este toro al crítico "Barquerito", luego llego una sinfonia de toreo, un natural que duro una eternidad, y al igual que pasara en Jaen hace 9 años, justo, al salir de un natural, monto la espada y receto una estocada mortal de necesidad. Juan Mora salió andando hacia las tablas cuando aún "Retaco" no había dado con su corpulento cuerpo en el suelo. Fueron 15 muletazos, solo hizo falta eso para hacer rugir la plaza de Las Ventas como solo ruge cuando sucede algo muy importante, así la escuche rugir un San Isidro en el que Antoñete desorejo a un toro de Garzón y Curro estuvo a punto de hacer lo mismo , o una lejana feria de otoño con una faena del maestro Paula, o con un quite de Cepeda a un toro de Buendía, o como lo hizo en aquella faena de David Luguillano el dia de su confirmación de alternativa,o las tardes historicas de Rincón, ese rugido característico de Madrid, cuando ruge como un mar embravecido.

JUAN MORA  EL  2 DE OCTUBRE  DE  2010 
Acuarela  de  Daniel  Lozano
Salió con su hijo pequeño a recoger las dos orejas de manos del alguacilillo, ya no tenía que explicarle a su hijo que era torero, ya no había necesidad de demostrar nada.
Ese día corto tres orejas y abandono la plaza camino de la calle de Alcala como seguro soño durante tantos años en la soledad de sus entrenamientos.
Una vez le escuche decir que el se sentía como un lector al que no le publican los libros, y yo le añadiría, que eramos muchos los lectores que estabamos deseando que se los publicaran.

Así es esta profesión, Juan Mora paso del mayor de los ostracismos, del mayor de los olvidos a ocupar las primeras páginas de los diarios. Se de buena fuente, que aquella noche no le dejo de sonar el telefono, alguien muy cercano me dijo. . . Le ha llamado todo el toreo, se ha alegrado todo el mundo. Eso no es muy común por desgracia entre la gente del toro.


Necesitaba hacer mi pequeño homenaje a un torero al que siempre he admirado desde niño, un "espejo" en el que me miraba, una historia que demuestra como se crece un hombre ante la adversidad, y como se consiguen las cosas cuando hay esfuerzo,sacrificio y mucha fe.

Gracias a Dios, quieran o no quieran, ahora no tendran mas remedio que publicarle los libros a este genial escritor de sensaciones, porque eso, a mi humilde modo de ver es lo que queda en mi cuerpo de aficionado de las faenas, de eso mismo es de lo que se compone el toreo. . . De sensaciones.

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